
Fidel está aquí y retumban sus pasos a la vanguardia del pueblo que le dice: Comandante, ¡hasta la victoria siempre!
Fidel llega hoy con su uniforme de campaña, entre abrazos de pueblo que lo espera en las calles, en las plazas, en cada rincón de Cuba y del mundo, donde el sueño de un futuro mejor es necesario y constante. Llega con la palabra que construye, transforma el presente, moviliza en los hombres las virtudes, con la palabra certera de quien nos alerta sobre el enemigo imperialista que nunca nos perdonará haber hecho la Revolución.
Fidel llega despojado de dogmas para enfrentar los problemas, como el revolucionario incansable de siempre, que no abandona el arma, no claudica en su lucha, convierte los reveses en victoria, las quimeras en realidades, convocándonos a la crítica y a la autocrítica, a asumir nuestros errores sin pesimismo, sin amedrentarnos, convencido de que es en el pueblo donde la obra crece y se multiplica con fuerza.
Fidel llega, ávido de lecturas y saberes, con proyectos, ideas extraordinarias, profundamente martiano, conquistando la tribuna, haciendo ciencia, sembrando escuelas. Llega con el honor del deber cumplido, de quienes defienden las causas justas. Llega firmando con su nombre el de Cuba, haciendo historia para todos los tiempos, desafiando realidades de hoy, alzando la bandera de la resistencia y el triunfo.
Fidel está aquí y retumban sus pasos a la vanguardia del pueblo que le dice: Comandante, ¡hasta la victoria siempre!