Para que nadie tenga que decir

Nelson
Para que nadie tenga que decir

Para que nunca se nos muera,

hay que hacerlo Partido, clase obrera,

con los campesinos en estrecha unión.

Por:
Jesús Orta Ruiz
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Hora es ya que los ojos de Fidel

sean tus ojos, mis ojos, los de este y los de aquel.

Hora es ya que el oído de Fidel

sea tu oído, mi oído, el de este y el de aquel.

Hora es ya que la palabra de Fidel

sea tu palabra, mi palabra, la de este y la de aquel.

 

Así nadie tendrá que expresar

incomprendido en su pesar:

! Ay, ¡si Fidel lo viera!,

! ¡Ay, si Fidel lo oyera!

! ¡Ay, si Fidel lo palpara!

¡Qué dolor sentiría!

¡Cómo resolvería con una idea clara!

 

Duele profundamente

ver que el gran dirigente,

que adondequiera va,

tenga que estar aquí, tenga que estar allí, tenga que

estar allá…

Y nosotros, ¿qué hacemos?

 

Si no lo asimilamos,

cuando no lo tengamos,

¿con qué ojos veremos?,

¿con qué oído oiremos?,

¿cómo caminaremos si su modo de andar no interpretamos?

 

Para que nunca se nos muera,

hay que hacerlo Partido, clase obrera,

con los campesinos en estrecha unión.

Para que siempre, dondequiera,

estén con nosotros sus ojos,

sus oídos,

su palabra,

 su hermoso corazón.

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