MISIÓN
El Centro Fidel Castro Ruz es una institución pública, destinada al estudio y difusión del pensamiento, la obra, la vida y el ejemplo del Comandante en Jefe. Promueve la investigación, el acceso interactivo a la información y la permanente identificación del pueblo con sus valores.
HISTORIA DEL INMUEBLE
El Centro está ubicado en el municipio Plaza de la Revolución. Ocupa edificaciones con valor monumental y patrimonial, sometidas a un proceso de reparación y restauración capital. El estado constructivo y sus valores arquitectónicos implícitos, permiten describirlo como un inmueble de valor patrimonial con grado de protección II, por lo que el proceso de restauración de este se rigió por las Regulaciones Urbanas definidas para el Centro Histórico de La Habana Vieja.
La casa señalada con el número 707 de la calle 11, se construyó a fines del siglo XIX, abarcó una parte de las parcelas de la manzana número 34 del barrio del Vedado, comprendida entre las calles 11, Paseo, 13 y A. Esta manzana 34 fue segregada de la antigua finca Balzaín, cuyos dueños fueron los herederos del conde de Pozos Dulces, los cuales vendieron posteriormente los terrenos, al precio de 600.00 pesos cada solar.
En 1903 la finca fue adquirida por la señora Emilia Borges Hernández, quien fue comprando las propiedades y terrenos colindantes. Al fallecimiento de Emilia, la propiedad fue heredada por su hija Emilia María Ana (Lily) Hidalgo y Borges, casada con el señor Enrique Juan Conill y Rafecas, y por sus hijos Enrique Juan, Vivian Emilia y Guido José. Enrique Conill Rafecas, figura entre los 550 grandes propietarios cubanos antes del triunfo de la Revolución.
En la década del ’50, la propiedad de esta casa permanecía en manos de los tres hermanos Conill por terceras partes. Hasta esta fecha llega la información del inmueble y la familia, en los documentos que existen en el archivo del Registro de la Propiedad. Según expediente que obra en el archivo de Amillaramiento, la casa se encontraba dividida en tres partes: la alta, la baja y la trasera, según fueron adquiridas estas, por cada uno de los herederos de la señora Emilia Borges.
Enrique Conill Rafecas, poseía la importante casa bancaria y comercial J. Rafecas y Compañía, establecida en Teniente Rey Nº 12. Conill Rafecas fue el heredero más acaudalado entre los miembros de las familias ricas que participaron como combatientes en la Guerra de Independencia de 1895, donde alcanzó el grado de capitán del Ejército Libertador. Con solo 17 años, a mediados de 1898 desembarcó en Trinidad, en la expedición comandada por el general Emilio Núñez, a pesar de las gestiones de sus padres ante el delegado del Partido Revolucionario Cubano, Tomás Estrada Palma, para impedirlo. Con anterioridad había colaborado en Nueva York con Benjamín Guerra, tesorero del Partido, en la venta de bonos a comerciantes norteamericanos. En la manigua, fue ayudante del general Rafael Rodríguez en el Estado Mayor de Máximo Gómez. El Generalísimo le encomendó la misión de hacerle llegar unas cartas suyas al presidente de los EE. UU., William Mc Kinley, quien lo recibió en su propio despacho. Tras la independencia, se graduó de Leyes en la Universidad de Harvard, EE. UU.
Por su parte, Lily Hidalgo tuvo una activa participación en el movimiento juvenil católico, del que fue una de las personalidades más relevantes. Había sido presidenta del Consejo Nacional de la Liga de Damas Católicas, secretaria de Relaciones Exteriores del Consejo Nacional de la Liga de Damas de Acción Católica Cubana desde el 27 de noviembre de 1950, honrada por el Vaticano como Dama de la Orden Ecuestre Santo Sepulcro de Jerusalén. Era una gran benefactora de obras caritativas como el hospital Lila Hidalgo, inaugurado en abril de 1930, actual hospital Leonor Pérez de Santiago de las Vegas.