Sí, nosotros leemos a Lenin…

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Sí, nosotros leemos a Lenin…

Los revolucionarios del mundo van tras el brillo del pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con la certeza de que este legado, indicará eternamente el camino de la justicia social con la incansable lucha por los pobres del mundo

Por:
Teresa González Rodríguez
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Muchos factores influyeron en su formación humana. Su férrea admiración por José Martí lo convirtió en un indiscutible martiano. Fue conocedor profundo de la historia de Cuba y de grandes hombres de la humanidad.

¿Fue marxista? Sin dudas decimos que sí. Conocemos cuánto interés despertaron en Fidel las obras de Marx y Engels.

Otro inmenso de la humanidad contribuyó al interés y la grandeza de nuestro caguairán: Vladimir Ilich Lenin.

¿Por qué Fidel admiró tanto a Lenin?

Al decir del Jefe de la Revolución cubana, Lenin fue «Uno de los hombres más extraordinarios de la historia, pero extraordinario no solo por sus condiciones humanas, sus extraordinarias condiciones revolucionarias, sino también, o —mejor aún— fundamentalmente por la extraordinaria repercusión que su vida y su actividad han tenido y tendrán en el mundo».

Mirta Aguirre e Isabel Monal, hacen un análisis de la acción heroica del 26 de julio como un hecho necesario planteado en las teorías marxistas y que Lenin ya había puesto en práctica al interpretar y analizar los acontecimientos de forma tal que pudieran servir de fuente orientadora a las revoluciones futuras, en el libro Leninismo en La historia me absolverá.

No en balde le prohibieron leer los libros de Lenin a Fidel en el mal llamado “Presidio Modelo”.

Entre las obras del líder de la Revolución Socialista de Octubre tomadas en cuenta por el Comandante, se encuentra, Qué hacer o, Por dónde empezar, que tuvo su primera publicación en 1902.

¿Qué antecedentes condujeron a Lenin a transmitir sus ideas y escribir este artículo?

Según el plan inicial del autor, el folleto debía estar consagrado a desarrollar detalladamente las ideas expuestas en el artículo:

«¿Por dónde empezar?

» (…) Una de las causas de dicha tardanza ha sido el haber intentado, en junio del pasado año de 1901, unificar todas las organizaciones socialdemócratas en el extranjero». (Publicado en el periódico Iskra, No. 4, mayo de 1901)

Su tema principal debía abarcar tres problemas planteados en el artículo ¿Por dónde empezar?: «los problemas acerca del carácter y el contenido principal de nuestra agitación política, acerca de nuestras tareas de organización y acerca del plan de crear, simultáneamente y por distintas partes, una organización combativa destinada a toda Rusia».

En 1897, Lenin fue detenido y deportado a Siberia, donde se dedicó al estudio sistemático de las obras de Marx y Engels (especialmente El capital, que ya había descubierto en su etapa estudiantil) y elaboró su primer trabajo sobre la aplicación del pensamiento marxista a un país atrasado como Rusia.

Sus actividades contra el poder de la Rusia zarista le llevaron a entrar en contacto con el principal líder revolucionario ruso del momento, Gueorgui Plejánov, en su exilio de Suiza (1895); fue él quien lo convenció de la ideología marxista. Bajo su influencia, contribuyó a fundar en San Petersburgo la Liga de Combate por la Liberación de la Clase Obrera, embrión del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso presidido por Plejánov.

Tras su liberación en 1900, Lenin partió al exilio y fundó en Ginebra el periódico Iskra (La Chispa), en colaboración con Plejánov; por entonces publicó la obra Qué hacer (1902), en la que defendió la posibilidad de hacer triunfar en Rusia una revolución socialista. Lenin escribió un artículo en el periódico Iskra titulado ¿Por dónde empezar? junto a Plejánov.

Lenin planteó tres problemas. Estos eran acerca del carácter y el contenido principal de la agitación política, acerca de las tareas de organización y del plan de crear, a la vez y por distintas partes, una organización combativa.

Desempeñó un inmenso papel en la lucha por la creación de un partido marxista de nuevo tipo y echó sus cimientos ideológicos en el análisis; ofreció una fundamentación genial sobre el valor de la teoría revolucionaria para el movimiento obrero revolucionario. Subrayó especialmente el papel revolucionario de la teoría avanzada, el del aporte al movimiento obrero del elemento consciente por los intelectuales marxistas: «Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario… Solo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir su misión de combatiente de vanguardia».

Abordó la correlación existente entre la espontaneidad y la conciencia. Lenin señaló que la lucha económica de los obreros contra los capitalistas no es más que la lucha colectiva de los obreros contra los patrones. Escribió que «los intereses “más vitalesˮ, “decisivosˮ, de las clases pueden ser satisfechos únicamente por transformaciones políticas radicales en general; en particular, el interés económico fundamental del proletariado puede ser satisfecho únicamente por medio de una revolución política que sustituya la dictadura de la burguesía por la dictadura del proletariado».

Determinante fue tratar en ¿Qué hacer? las tareas organizativas del movimiento obrero revolucionario y del partido del proletariado. El movimiento obrero revolucionario requería de la creación de un partido combativo único y centralizado.

Lenin destacó el enorme papel de la Iskra, el diario político de toda Rusia de los marxistas revolucionarios, el periódico que preparaba la creación ideológica y orgánica del Partido Bolchevique.

Él mostró que negar el papel dirigente del partido comunista y exaltar la espontaneidad, significaba desarmar a la clase obrera frente a la autocracia y a la burguesía.

Demostró que el proletariado no puede liberarse sin conquistar el poder político y desarrolló un vasto plan de organización de un partido obrero marxista revolucionario pronto para el combate, capaz de cumplir las tareas que incumben a la clase obrera. Puso de relieve el papel inmenso que debe desempeñar un periódico político editado por los marxistas revolucionarios y destinado a toda Rusia. La Iskra de Lenin preparó ideológica y orgánicamente la creación de un partido marxista.

Con estas breves anotaciones podemos comprender mejor por qué fue esta lectura de vital importancia para Fidel Castro Ruz.

Tomar en cuenta estos análisis científicos, al decir de Fidel «solo hay una ciencia revolucionaria, que solo hay una ciencia política: y esa ciencia revolucionaria y política es el marxismo-leninismo para ponerlo en práctica en Cuba y su Revolución resultarían absolutamente esenciales en un proceso revolucionario».

Comprendió que era una guía para poner en práctica y dar cumplimiento al Programa del Moncada. La necesidad que tenía la Revolución de integrar todas las organizaciones revolucionarias y crear el Partido Comunista de Cuba.

Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC). Julio Antonio Mella, junto a Carlos Baliño y José Miguel Pérez fundó el Partido Comunista de Cuba en 1925. El 3 de octubre de 1965, una vez integradas las organizaciones revolucionarias que existían y tenían un solo fin: apoyar la Revolución, fue creado por Fidel Castro Ruz, el Partido Comunista de Cuba y su primer Comité Central.

Estos grandiosos capítulos escritos por nuestra patria nos guían hacia victorias que pudieran parecer imposibles ante tantos desafíos y nos fortalecen en lo más preciado de la Revolución Cubana: la unidad.

El Comandante en Jefe, martiano y marxista-leninista tenía la certeza de que solo un partido político integrado por la clase obrera podía dirigir la Revolución. Los estudios científicos del marxismo leninismo lo demuestran.

En la oscura realidad del mundo capitalista los partidos luchan por el poder, dividen a los pueblos sin importar cómo resolver sus más elementales necesidades. El profundo estudio de la obra de Lenin afianzó las convicciones de nuestro líder acerca de la necesidad de un Partido único que represente las clases obreras y defienda sus intereses.

Por su larga experiencia de escribir denuncias públicas a través de medios periodísticos, desde los tiempos de sus luchas estudiantiles, Fidel conocía que era necesario fundar una prensa que respondiera a los intereses del Partido Comunista de Cuba y, por tanto, a los intereses de la clase obrera y al pueblo que de manera tan magistral definió en su alegato La historia me absolverá.

Confirmaba la necesidad de crear una conciencia ideológica y que no se podía dejar a la espontaneidad.

¿Qué Hacer? o ¿Por dónde empezar? contribuyó aún más con la formación marxista y leninista de Fidel. Muchas ideas planteadas en él fueron de suma utilidad para la Revolución Cubana.

Nuestro líder indiscutible tuvo muy en cuenta los temas tratados en el texto, así como otros escritos de Lenin, a quien admiró y respetó siempre.

Bien vale la pena leer el hermoso poema del militante político e intelectual, ensayista, periodista y poeta salvadoreño Roque Dalton en 1969, durante la entrega del Premio de Poesía, que le fuera concedido por Casa de las Américas.


A Lenin

Para los campesinos de mi patria

quiero la voz de Lenin.

Para los proletarios de mi patria

quiero la luz de Lenin.

Para los perseguidos de mi patria

quiero la paz de Lenin.

Para la juventud de mi patria

quiero la esperanza de Lenin.

Para los asesinos de mi patria,

para los carceleros de mi patria,

quiero el odio de Lenin,

quiero el puño de Lenin,

quiero la pólvora de Lenin.

A tantos años de lucha, los revolucionarios del pueblo cubano, honramos, admiramos y como Fidel proclamamos: «sí, nosotros leemos a Lenin».

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Nota: Para la redacción de este artículo tuvimos en cuenta el Diccionario filosófico marxista 1946:252-254, el discurso en el centenario del natalicio de Vladimir I. Lenin el 22 de abril de 1970 de Fidel Castro Ruz y las Obras Escogidas de Vladimir I. Lenin, ¿Qué hacer?, t. I, pp. 200 y 201, Ed. esp., Moscú, 1948, así como el sitio web https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1901/mayo/001.htm

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Yusniel cordova
09 de Junio del 2023
Excelente publicación,sencilla,directa,pero esencial para estos tiempos...me gustó mucho y me ayudo para análisis posteriores en mi labor de dirección.